Embajador británico se refirió a Malvinas y a la compra de vinos argentinos


Michael Hadow es alto, tiene la piel roja –por el sol de la cordillera de Los Andes- y parece un coronel de los Lanceros de Bengala. Naturalmente, es británico. Y embajador de su país en la Argentina. Desde el domingo está en Mendoza, porque “un embajador debe conocer todo el país donde está actuando”. Mister Hadow está muy preocupado. El Foreign Office también está muy preocupado. La reina Isabel está preocupada: la balanza comercial entre Argentina y Gran Bretaña arroja gran superávit para nuestro país. Es decir: los ingleses nos compran más de lo que nosotros les compramos. Cuando uno gasta más de lo que gana es muy natural que esté muy preocupado. 
El señor Hadow ofreció ayer una conferencia de prensa en el Plaza Hotel de esta ciudad para hablar del problema. Le han encomendado una misión difícil: lograr que los argentinos hagamos más compras en Inglaterra. Para nivelar la balanza comercial. Como se sabe, el gobierno argentino, piensa todo lo contrario. 

El knack y cómo lograrlo 
“La compra de carnes a la Argentina se intensificará en razón de precios y calidades. La aftosa ya no es un problema. Pero, naturalmente, si Inglaterra encuentra en otras partes mejor calidad y mejores precios para sus intereses, no podrá ampliar el cupo de compras a la Argentina”, dijo el embajador. 
Como es habitual, los periodistas mendocinos se interesaron en conocer las posibilidades de colocación de nuestros vinos en el mercado británico. “También en este rubro todo es cuestión de precios y calidades”, dijo el embajador. Manifesto que los ingleses se han acostumbrado a beber vino, especialmente de origen francés. Y entre estos, los vinos tintos han conquistado definitivamente el paladar inglés. Pero ocurre que los precios de los vinos galos son muy elevados (5 a 7 chelines la botella de ¾ de litro), unos 230 pesos argentinos la botella. Si Mendoza logra un tipo de vino fino, tinto, a precios menores, puesto en Londres, puede haber negocio”, aseguró el señor Hadow. Pero para ello es menester todo un proceso de “marketing” que incluye estudio de mercado, promoción, degustación, canales comerciales; es decir: penetración. Una especie de “don” que los ingleses conocen muy bien y que ellos llaman “Knack”, aplicable tanto al comercio como al amor. 



Las Malvinas 
Y le llegó el turno a las islas Malvinas. El embajador no aportó ninguna información novedosa. Se remitió a las palabras del canciller argentino, quien hace unos días, con motivo del anuncio del comienzo de las negociaciones bilaterales tendientes a mejorar las comunicaciones entre aquel archipiélago argentino, bajo posesión británica, y el continente, dijo que “es un paso muy importante en las negociaciones entre ambos países”. El señor Hadow desechó toda posibilidad inmediata de afluencia turística hacia las Malvinas. “Las islas no están en condiciones de recibir turismo (en ningún momento las nombró bajo el apellido inglés). Allí no hay más que un hotel”. 
La conferencia terminó con un análisis sobre los hippies ingleses. “Creo que es una manera que tienen algunos jóvenes de canalizar sus energías, a través de la protesta. Es un proceso mundial”. 
-Pero si es un movimiento de protesta, ¿no cree usted que ese sector de la juventud británica trata de cambiar las estructuras sociales de su país? 
-De ninguna manera. Tengo la seguridad de que después de 20 años, la mayoría de estos jóvenes retornan al sistema tradicional de vida inglesa. 

Publicado en el diario El Diario, el 26 de noviembre de 1969. Cualquier parecido con la realidad es que la realidad es la misma.

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