José Serra, el candidato twittero

José Serra y Cristina Kirchner, Casa Rosada, Buenos Aires


El viernes último José Serra, el gobernador del más que poderoso Estado de San Pablo, mantuvo encuentros con la máxima institucionalidad de Argentina. En Buenos Aires, en la Casa Rosada, primero fue una reunión con la presidenta Cristina Fernández.

El site de la presidencia informó sobre esta reunión, que fue ignorada por la prensa argentina: "se desarrolló en el despacho principal de Casa Rosada. Participaron además el canciller Jorge Taiana y embajador de Brasil en la Argentina, Mauro Vieira".

Serra es, para quien no lo sabe, una suerte de heredero del ex presidente Fernando Henrique Cardoso. Y aún no se ha confirmado su participación en los comicios nacionales de Brasil para octubre próximo, aunque varios aseguran su candidatura presidencial.

El sábado al mediodía, en cambio, reemplazó el microcentro porteño por la más apacible zona de Tigre. Un almuerzo con el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, lo llevó a recorrer la zona del delta, afianzando una relación entre ambos estados provinciales, los más poderosos de Sudamérica. Tampoco trascendieron mayores detalles.

Sin embargo, lo más interesante es lo escrito por el propio Serra en su twitter, en el cual tiene más de 3000 followers, hecho que ha despertado la propia admiración del gobernador e inminente candidato presidencia: "¡Sorprendente!", confesó, al hacer referencia a que su perfil se expandió "más rápido de lo que yo pensaba". Y con sinceridad antes había aclarado su ingreso a twitter: "Quise entrar con discreción, para aprender".

Su espacio en esta herramienta 2.0 no es muy semejante a la de los políticos convencionales, por caso la de los argentinos, que suelen ser extremadamente light, chiveros, correctos y poco íntimos. Basta con leer los mensajes de 140 caracteres de Francisco de Narváez, Carlos Heller o Martín Sabatella. Por el contrario, Serra está demostrando ser un hombre que ha entendido cabalmente lo que significa twitter.

Su ingreso a la red es bastante reciente, el 18 de mayo pasado. Y su participación mezcla sus obligaciones como funcionario, algunos recuerdos sobre proyectos encarados, pero también momentos de intimidad. "Madrugada de trabajo al sonido de los Beatles. Rercordé la buena versión de Across the Universe, de Rufus Wainwright. La oí en la obra Liz, de Satyros". No sólo se refería a su gusto por la música (es bastante improbable que algún político argentino conozca a Rufus Wainwright) sino a la obra de teatro escrita por el cubano Reinaldo Montero.

Un día antes de llegar a Buenos Aires, Serra estuvo en la inauguración de un museo sudamericano como pocos en el mundo. El mismo lo cuenta: "El Museo del Fúbol que hicimos mantiene viva la historia del deporte. Actualmente contiene la exposición Manía de Coleccionar". No sería su único post sobre el tema, ya que el pasado domingo, y de vuelta en San Pablo, comentó las alternativas del partido entre su equipo, el San Pablo, enfrentando al Palmeiras. Lamentó la actuación deportiva, realzó la del jugador Dagoberto ("siempre nos atormenta", expresó con extraño realismo para un político), y por fin rescató el empate, 0 a 0, tanto como si fuera un triunfo.

Los dos últimos mensajes por twitter, registrados luego del fútbol, y durante la noche del domingo, parecen sacados del Mercosur profundo, en tanto Serra se permite recomendar a "la hija de un amigo, el gran economista argentino Roberto Frenkel, que ahora es diseñadora". Nos da el link de los trabajos(http://www.estudioenjoy.blogspot.com/) y en el último mensaje se refiere al resto de la familia Frenkel: " Otros hijos de él son artistas y están en cartel los miércoles en Buenos Aires. La Nación publicó crítica favorable. Imagine el orgullo", se despide.

Muchas veces la política y los políticos de Brasil y Argentina se parecen y consiguen ser parte de una misma miseria. No en este caso, el de José Serra, que felizmente no ayuda a consolidar ese pensamiento.

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